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Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey
Somos Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey,
mujeres llamadas a vivir en fraternidad, en minoridad, con simplicidad y gozo el Evangelio de Jesucristo,
siguiendo la Regla y Vida del Tercer Orden Regular de San Francisco:
fieles a la original finalidad de nuestra Congregación, queremos servir a Cristo en los pequeños y en los jóvenes,
educándoles y guiándoles a alcanzar la plena madurez humana y cristiana;
llamadas a difundir el Reino de Dios, suscitando en el corazón de las personas el deseo de Cristo,
el único que da sentido a la vida y a la historia.
PRINCIPIOS EDUCATIVOS DE LA MADRE MARGARITA PUCHER
La Madre Margarita enseñaba a las hermanas que la educación sólo debe construirse sobre las cualidades positivas que entusiasman y animan.
Recomendaba y practicaba el método del amor. “Jesús ama a los niños, amémoslos también nosotras”. (M.M.P)
- Prodigar amabilidad, ternura, cariño, tolerancia y paciencia durante el proceso de enseñanza – aprendizaje. “Una buena palabra siempre encuentra un lugar en el corazón de todos”.
- Rezar por los niños, en especial por los más carenciados de afectos y que se muestran exaltados y rebeldes.
- Conversar, dialogar con ellos sobre su vida diaria, interesarse por cada uno como si fueran únicos.
- Respetar la persona y la dignidad de los niños y jóvenes.
- Procurar con afectuosa paciencia reconquistar y construir la buena relación entre padres e hijos (aceptación mutua).
- Hacer descubrir sus capacidades, potencialidades y cualidades, a veces no captados ni en la propia familia.
- Respetar y encauzar hacia Dios, las creencias y las costumbres de las familias.
- Depositar toda la confianza en Dios, haciendo lo posible con fe y devoción. Él completará lo que falta por nuestras deficiencias.
Para nosotras las jòvenes, estas Hermanas mayores eran consideradas buenas religiosas, dignas de estima, y nos servían de ejemplo, pues venían de la escuela fundadora, M. Margarita Puhar. Todo lo que nos contaron de la vid de “nuestra madre” fue interesante y alentador y digo de ser recordado.
Siguiendo las Huellas de la Madre Margarita Puhar, Introducción
Y adórenle con corazón puro, porque es necesario orar de continuo y sin desfallecer; ya que tales adoradores3 busca el Padre.
Altísimo y omnipotente buen Señor, tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen y ningún hombre es digno de nombrarte